Cuando pienso en la figura de Federico y su labor(*)

Sergio Sensat

 

Cuando pienso en la figura de Federico y su labor para con los que hemos tenido la Fortuna de estar cerca de él en mayor o menor medida, pienso en la idea de Transmisión. Así habrá sido también para los que se han acercado a él a través de su obra. Una transmisión realizada en un momento crucial del presente ciclo, que se encuentra a las puertas de su final. Un fin de ciclo que ha sido descrito hace más de 2000 años y a lo largo de la historia por múltiples integrantes de la cadena de Conocimiento entre los que se encuentra Federico.

Transmisores todos ellos de la Tradición Unánime donde quizás la labor de Federico se vea como especialmente extraordinaria por el momento histórico en el que se ha realizado, donde la multiplicidad y fuerza del adversario no han encontrado precedentes en la historia de esta humanidad. Me pregunto, y algunos de sus compañeros seguramente lo sabrán, en qué momento y de qué manera Federico fue despertado y comenzó su viaje. Parecería que su copa, su corazón, quedo vacío y fértil para la siembra en un único instante. Se me antoja esta la única manera posible de producir una obra de reagrupación y reunificación de toda la Tradición tan extraordinaria como la que realizó en plenos siglos XX y XXI.  Una obra, que quien escribe este texto, empezó a recibir hace más de veinte años y que su recepción ha sido y sigue siendo igualmente bella tanto como una lucha titánica. Le oí decir en alguna ocasión que inició su legado sin saber del verdadero alcance que llegaría a completar. Y así es el camino de la iniciación: una realización en el interior del corazón donde los esquemas antiguos del hombre viejo ya no tienen cabida en el viaje al conocimiento siendo múltiples los senderos que este puede tomar formando parte de un viaje arquetípico. El germen de su transmisión ha sido depositado en nuestros corazones y a través suyo todo nos ha sido dado.  A partir de ahí, y por la Gracia concedida, la responsabilidad de cada uno: del trabajo, estudio y dedicación realizados en soledad. Una soledad que encuentra refugio, inspiración y maestría en uno de sus legados, La Colegiata Marsilio Ficino. Y la gratitud a Federico, que estará siempre presente. Y la oración del corazón para que la Providencia haga efectiva en nosotros la realización de su Obra Universal.


Nota

[(*) Texto perteneciente al homenaje in memoriam realizado por colaboradores, alumnos y amigos: « CELEBRANDO LA MEMORIA DE NUESTRO DIRECTOR Y FUNDADOR: FEDERICO GONZALEZ (1933-2014) », publicado en la Revista SYMBOLOS: Arte - Cultura - Gnosis en noviembre 2015, en que se cumplía el primer aniversario del fallecimiento y el 81º del nacimiento de su fundador y director (11/11/1933 - 9/11/2014), fundador asimismo de los Centros de Estudios Simbólicos de Barcelona y Zaragoza y de la compañía teatral La Colegiata. No hallándose ya en la web de la revista se publica aquí con el permiso expreso de su autor.]


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