Ed. Symbolos, Barcelona 1998. ISBN: 84-7720-105-6.
Libros del Innombrable, Zaragoza 2004. ISBN: 978-84-92759-82-8.

…Inspirados en citas de
Simbolismo y Arte,
de Federico González
[1]

Hoy añadimos finalmente (siendo los últimos reproducidos aunque este fue el primer libro comentado) la mayoría de nuestros comentarios al libro Simbolismo y Arte de nuestro maestro, amigo y hermano Federico González, publicados junto con el resto de los de La Colegiata por él fundada en la página de Facebook Miscelánea Hermética. Los dedicados a otro de sus libros: El Simbolismo de la Rueda, dieron lugar a los tres volúmenes de Documentos de la Iglesia Secreta (Barcelona 2014, Zaragoza 2015); estos comentarios a los libros de nuestro autor se desarrollaron al mismo tiempo que ensayábamos alguna de sus obras de teatro y de ahí las referencias repetidas a la/s misma/s en ellos (ver aquí Presentación y Hermetismo y Masonería) pues es lo que vivíamos en aquellos bellos trabajos de interpretación de sus textos herméticos, en este caso En el Útero del Cosmos, basada en los textos de En el Vientre de la Ballena. Las obras citadas, salvo indicación, son del mismo autor.

En el aniversario de su nacimiento, 11-11-2022   

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Federico González:
SIMBOLISMO Y ARTE
Enlaces a tres de sus capítulos en la → web del autor

Índice

Capítulo I         Simbolismo y Cosmogonía

Capítulo II        Simbolismo y Ciencia Sagrada

Capítulo III       El Ser del Tiempo. Simbolismo de los Calendarios

Capítulo IV       Arte, Símbolo y Mito en las Culturas Tradicionales

Capítulo V        Arte Alquímica

Capítulo VI       Arte Teúrgica

Capítulo VII      Arte Musical: Arquitectura del Cosmos

Allí se accede también a las siguientes traducciones:
   Català: Simbolisme i Art
   Português: Simbolismo e Arte
   Français: Simbolisme et Art
   English: III. Time's Being: The symbolism of calendars

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 1. La cosmogonía es una ciencia que ha existido en todos los pueblos arcaicos y tradicionales […] (Simbolismo y Arte, 1ª cita).

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MVET : El descanso, es necesario
El reposo, es necesario
El fin del movimiento es necesario,
para que todo vuelva a comenzar.

“Concluyéronse, pues, los cielos y la tierra y todo su aparato, -y dio por concluida Dios en el séptimo día la labor que había hecho, y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera.
– Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó; porque en él cesó Dios de toda la obra creadora que Dios había hecho.” (Biblia de Jerusalem)

JMR : El símbolo es palabra, don, la parte visible de una realidad invisible, la mitad de una pieza que El que nos ha convidado al Banquete del Sí mismo nos da como prenda de su regalo intemporal, para que la presentemos al llegar a la fiesta que comienza cuando 'irrumpe' lo simbolizado; un logos espermático que no regresa a su Origen sin haber cumplido su función, y que nos convierte también a nosotros mismos en una prenda de transmutación.

MVET : Le cabe al hombre, como centro del estado humano, reunir en sí, o mejor, sintetizar ese estado. Centro que a su vez constituye uno de los puntos del eje vertical que une los mundos generando a todos ellos.

MVET : Desde su origen, en la eternidad, el tiempo se despliega en ciclos más o menos amplios, siempre circulares, pues todo tiende en el universo a la circularidad. Comenzamos un nuevo ciclo, en él, como siempre, el fuego central irradia hacia su límite, la circunferencia, que se va trazando en (y con) el tiempo. Queremos recordar aquí que entre los olímpicos Hestia es la encargada de cuidar el fuego, permaneciendo siempre en el centro del hogar. También que los templos dedicados a esta diosa son circulares.

JMR : De la multiplicidad a la Unidad conjugando opuestos. El equilibrio, a cualquier nivel que fuere es su imagen y su virtualidad.

JMR : En el centro está la realidad, en la periferia una serie de reflejos que en el mejor de los casos constituyen una escritura.

JMR : Lo simbolizado es lo mayor y a ello debe el símbolo su razón de ser, su naturaleza y su significado: lo menor simboliza a lo mayor y no a la inversa; si no, sería lo mismo que decir que la obra es mayor que su autor, que la ha producido.

JMR : Desde luego hay un abismo entre el símbolo y lo simbolizado, o sea, entre lo que es virtual y la plenitud de aquello a lo que el símbolo se refiere, pero una cosa es lo que ocurre en nuestra conciencia, en la que actúa el símbolo, y otra la realidad de lo simbolizado; si este no fuera previamente, nunca podría ser: de la nada, nada.

MVET : El iniciado impulsado desde su fuero interno hace un camino de vuelta al Origen, a la Patria celeste, de la que por otro lado solo ilusoriamente ha salido.

MVET : …se maravilla una de ver cómo de modo providencial el Conocimiento se difunde por los cauces más insospechados, por más difíciles que sean las circunstancias. Como el agua siempre encuentra una vía por la que deslizarse, ofreciéndose generosamente a quienes puedan o quieran acercarse a saciar su sed.

MVET : El hombre, como hijo del cielo y la tierra, es puente de unión entre ellos. Función que lleva a cabo en tanto en cuanto actualiza en sí mismo ambas naturalezas: terrestre y celeste. Dice Pico:

“Ni celeste, ni terrestre te hicimos, ni mortal, ni inmortal, para que tú mismo, como modelador y escultor de ti mismo, más a tu gusto y honra, te forjes la forma que prefieras para ti.” (Sobre la dignidad del hombre).

Esta actualización podemos verla simbolizada por la doble espiral, tema de nuestra meditación de hoy, en viaje descendente visitamos los infiernos, en viaje ascendente los cielos. Ambos movimientos son complementarios y la profundidad del descenso señala la altura de la exaltación.

JMR : El círculo, el cuadrado, y la cruz o cuaternario. El cielo, la tierra y el ser humano, crucificado en él.

MVET : El Paraíso terrestre, circular, abre un ciclo, la Jerusalén celeste, cuadrada, lo corona.

MVET : Le ha sido dado al hombre el símbolo y su lenguaje, la lengua de los pájaros, para, por su mediación, acceder a la comprensión y encarnación de otras realidades verdaderamente ilimitadas. La Vía simbólica nos conduce a ese centro original, a ese reino que como dice el evangelio está dentro de nosotros.

MVET : El símbolo está siempre presente. Todo tiene un principio, al que manifiesta de alguna manera. Lo visible tiene su origen en lo invisible. Solo un mundo que vive sus estertores finales puede ignorar lo evidente casi por completo, creer que no hay nada más allá de su lectura física, chata, literal. No se puede respirar en un mundo así. Abramos la ventana de par en par, dejemos que la luz y el aire inunden el espacio, celebremos la música de las esferas y aplaudamos la entrada del hermano sol que llega iniciando un nuevo día en el que, como siempre, todo puede suceder.

MVET : De alguna manera todo está en todo. ¿puede haber algo más increíble?

“Así como las cosas se relacionan de modo análogo unas con otras, así también los nombres referidos a ellas se relacionan entre sí según valor y potencia” (Proclo, Lecturas del Crátilo de Platón)

MVET : Una experiencia extraña, llena de asombros y alegrías, de vacío y plenitud. En todo caso, cómo no reparar en que necesariamente ha de haber un Arquitecto, un modelo, un plan arquetípico; parece imposible, sin embargo vivimos en un mundo que lo ignora casi por completo.

MVET : El círculo dividido en cuatro partes conforma una cruz, símbolo del despliegue de la potencia central en las cuatro direcciones: norte, sur, este y oeste. Un modelo completo que delimita el espacio, ordenándolo, estableciendo unas referencias que hacen posible moverse en él.

MVET : Tenemos, por ejemplo, ruedas de cuatro o de seis radios, vinculadas a las direcciones del espacio y al símbolo de la cruz (de cuatro o seis brazos); de ocho relacionadas entonces con la rosa de los vientos, el timón de las naves o las pilas bautismales; de doce, caso de la rueda zodiacal y los calendarios. Pueden ser indefinidos los rayos que unen el centro con la periferia, como lo es la multiplicidad que aún así, y a la luz de este símbolo universal que es la rueda, vemos que tiene un origen y que tendrá su final cuando no sea ya capaz de contener la unidad que le dio origen.

MVET : Nueve números, diez si contamos el cero, bastan para numerar todo lo numerable, o sea todo, pues todo está hecho con “número, peso y medida”.

MVET : Las ideas fuerza que los números plasman y transmiten son aquellas que conforman la Tetraktys pitagórica o el Árbol de la Vida de la Cábala. Presentes en todas las cosmogonías de una u otra manera, pues en definitiva siempre se trata del despliegue desde la unidad, desde el uno y solo, a la multiplicidad o sea al límite, representados en el simbolismo de la rueda por el punto y la circunferencia, el uno y el nueve; y entre ellos toda la serie numérica. Bien misteriosa esta serie que va progrediendo sumando siempre la unidad al número anterior. 4 = 3 + 1 por ejemplo.

MVET : Este código o lenguaje que el iniciado estudia pacientemente, le lleva, Dios mediante, por los distintos mundos del Árbol de la Vida; conociendo un juego de relaciones que hace suyos, pues son su mismo ser. Así los números nos van abriendo las puertas a los espacios de un entramado cuya belleza y sencillez ellos expresan.

MVET : La cúspide de la montaña o lo profundo de la caverna, son puntos límite de un viaje, que para continuar requiere de un salto olímpico por el que nos abandonamos en lo desconocido; ya no hay montaña, ni caverna, solo la profundidad del Misterio que todo lo contempla. Si hay un lugar significativo en la geografía sagrada que (como la tierra) también es el cuerpo del hombre, este es, ya lo sabemos, su corazón, sede de la Inteligencia; en el abrazo final, en el verdadero abrazo no se escuchan sus latidos sino más bien el silencio.

JMR : En nuestro viaje pareciera deber aceptarse que tanto las imágenes externas como las internas son simbólicas, y eso implica la idea de navegación con el objeto de llegar a puerto, que es donde se acaba el movimiento (pero no el trabajo de la transmutación), o sea la peregrinación a un “punto” que en realidad es un estado del ser, apenas virtual en este mundo; aunque al principio esas imágenes conformen un caos lleno de “balbuceos” e “impaciencias dolorosas” en buena parte debido al gran entrenamiento en el literalismo que uno ha perfeccionado en su existir, también a los miedos a perder algo que no se sabe qué es pero que se cree que se posee y también porque los símbolos han de ser internalizados y hacer su trabajo. Un esquema conocido dice que el aprendiz “deletrea”, el compañero “lee” y el maestro es “uno con El que escribe” en el Libro de la Vida.

MVET : Por este eje, que une los distintos mundos, asciende el iniciado en su viaje conjugando los opuestos, lo que viene expresado por el entrecruzamiento de las dos serpientes en el caduceo de Hermes. Un viaje sorprendente en el que se abren puertas y se penetra en espacios misteriosos, donde el alma respira aliviada, reconociendo que no es de este mundo, que su vida está más allá, en el secreto, en la soledad.

MVET : Le cabe al hombre la posibilidad de nacer de nuevo, de llegar a ser centro y eje. Avanzando por el camino, que es la vida, conjugando los opuestos. Erigiéndose en colaborador del discurso creacional, un actor consciente en la “divina comedia” en la que participa plenamente cumpliendo así la función de mediador entre cielo y tierra.

MVET : Varios refranes populares nos hablan de que no tenemos sino el momento presente, por ejemplo uno de ellos dice: 'mañana es nunca', otro: 'Ahora es cuando”. O en palabras del autor de estos textos que cada mañana nos guían e iluminan: “aquí no hay otra cosa sino un ahora reiterado”. Sabemos que pertenecemos al centro de la rueda, aunque nos encontremos en la periferia de la misma; esta ubicación equivocada, es solo aparente. Hay que sacrificar (hacer sagrado) todo aquello que nos mantiene separados de nuestro verdadero ser, renunciar a lo que no es para que pueda hacerse presente la Realidad, aquella donde ya no hay preguntas ni respuestas sino solo el Silencio.

MVET : Las dos energías, presentes en todo lo creado, en el Árbol de la vida corresponden a las dos columnas laterales, un positiva, negativa la otra. Energías que hay que conocer a fondo, hasta el fondo, nada de medias tintas, si de veras queremos acceder a la unidad.

MVET : Conjugando los opuestos nos aproximamos a ese elixir que reúne en sí “la contradicción simbólica del agua y el fuego”, y hermana “en el cuerpo de lo sagrado, sin ningún prejuicio, lo 'malo' y lo 'bueno', su vicio y su virtud.” (El Simbolismo Precolombino)

MVET : Todo lo ignoramos y actuamos como si todo lo supiéramos. “Lo que sí es sumamente inconveniente es tener opiniones inamovibles sobre diversos temas” cómo vamos a aprender si ya sabemos, si rendimos culto a unos tiranos que hemos instalado en nosotros mismos y, muy satisfechos con ellos, creemos ser libres, en este estado democrático, en una prisión llena de asesinos de la verdad; aquellos de los que se dice en En el Útero del Cosmos son “monstruos a sueldo de nuestros peores instintos”.

MVET : Saber que Apolo y Dioniso no son opuestos sino complementarios es verdaderamente liberador. Bellísimo Apolo y el coro de las Musas, bellísimo Dioniso y sus Bacantes.

MVET : Las dos columnas de la puerta simbolizan dos energías opuestas que al cruzar conjugamos, constituyéndonos en columna central; reuniendo esta, al mismo tiempo, el espacio que abandonamos y aquel al que la puerta nos da acceso.

MVET : Un brindis por Hermes, en su función de Jano. Y por este espacio hermético, al que penetramos cada día, recibiendo en él alimento esencial. Gracias, al autor de estos textos que conforman la trama donde los distintos comentarios van urdiendo un inspirado y bello tejido, lleno de símbolos y analogías y, siempre vivo.

MVET : Lo más pequeño es lo más poderoso, un único punto central da origen a toda la circunferencia, en la semilla está contenido el árbol y sus frutos; es más, lo visible tiene su origen en lo invisible. Solo el hombre moderno no puede, o no quiere, entender estas cosas sencillas. Por su empeño en creer que va evolucionando, mejorando; menosprecia e infravalora a los hombres de épocas anteriores creyendo que es superior a ellos. Todo un disparate que le aparta más y más de su origen, llevándole a un punto de no retorno.

“La verdad ha sido revelada, solo el amor propio, es decir la ignorancia nos impide vivenciarla”. (En el Útero del cosmos)

JMR :

“Todo lenguaje incluye un metalenguaje. Con la realidad que perciben los sentidos no pasa otra cosa.” (Tuit en @fgonzalezfrias).

Sólo hay que reducir la horizontal a un punto que es el que tiene en común con la vertical y que así deja de pertenecerle para ser de esta. “Darse vuelta como un guante”.
Esta realidad interna engloba todas las demás en simultaneidad, pues aquellas no son sino “lecturas” de ella, incluso la profana porque esta nunca existió, sólo era una privación autoinfligida, una simple ignorancia o un empecinamiento sostenido por una serie de nudos psicológicos.

MVET : Sumido el hombre en la ilusión de la apariencia, ignora la realidad de la que esta es apenas una de sus expresiones; bastante alejada, además, del núcleo central que es su origen. Cuando la naturaleza deja de ser un velo, todo lo bello que se quiera, es decir cuando su contemplación nos arrebata hacia el misterio que está en su origen, el alma goza de su intimidad y comparte con ella sus secretos.

MVET : En su utopía, Campanella

“describe la mágica ciudad (…) de Adocentyn construida en Egipto por Hermes Trimegisto: en ella una montaña que era coronada por un templo poseía un faro móvil que iluminaba alternativamente, de acuerdo con los signos astrológicos, a la construcción radial edificada en círculos concéntricos como el modelo original de la ciudad ideal narrada por Platón en el Critias. (Las Utopías Renacentistas)

La Luz sigue irradiando del punto central; que, inmutable en sí mismo, puede moverse a voluntad.

MVET : Dice el corpus que las ciencias y las artes son como los rayos del hombre, en ellas juega papel capital el número y la geometría; todo es proporción, armónica o no. En la danza continua que es la vida, nos vamos aproximando o alejando del eje por medio de un ritmo que el número determina y significa. Y al que vamos conociendo y conjugando, acercándonos al origen de todos ellos, para trascenderlo “para pasar a vivir aquí en vida y después de (la) muerte, otros grados inmanifestados del Ser Universal.”

MVET : Podríamos decir que la mayor obra de arte que realiza el hombre, es la que hace con su vida. Le es dado sacralizarla, sacrificándola en el altar que ha preparado para ello; haciendo posible así, la regeneración del tiempo, su irrupción en el espacio y con ello el nacimiento de una nueva posibilidad; análoga al nacimiento del verbo, a la encarnación del tiempo vivo, generador de todo lo creado.

MVET : Así, nuestra obra, el rito de nuestra vida, es análogo, aunque de sentido inverso, al despliegue cosmogónico.

“Al contemplar con plena claridad las causas y los efectos, él consuma en tiempo justo las seis etapas y asciende en tiempo justo por estos seis peldaños como sobre seis dragones, elevándose al cielo.” (I Ching, el libro de las mutaciones)

JMR : “Conócete a ti mismo”, está escrito detrás de algunos espejos. (La cita es del vestíbulo del Templo de Delfos, según Plutarco; dicen que según Pausanias, en su Descripción de Grecia, también Juvenal la citaba en griego afirmando que ese precepto provenía del cielo).

MVET : :

Binah, la Inteligencia, es la Gran Madre o Matriz Universal, generadora de todos los mundos y seres, a los que discrimina y forma sólo para devolverlos nuevamente al Uno.” (Introducción a la Ciencia Sagrada)

Que la Diosa nos acompañe y nos guíe, que por su presencia regeneradora del tiempo optemos por “la lucidez como estado permanente” y seamos tiempo vivo.

MVET : Una muestra del consumo que se hace actualmente del calendario es su representación gráfica; todos llevamos en la cartera alguno, siempre éste es un rectángulo dividido en los doce meses. Pensemos por un momento cuál sería esta representación, que internalizamos, si el calendario estuviera en un círculo. Sin duda esto ayudaría a tener una visión circular del tiempo, mucho más acorde a la naturaleza de este.

MVET : El calendario con el que nos manejamos despliega a lo largo del ciclo anual los puntos significativos de la vida de Jesús y de aquellos que junto a El hicieron posible una vivificación del tiempo, como se dice en En el Útero del Cosmos: “De los primeros cristianos no hay casi memoria histórica, pero sus energías son el alimento de veinte siglos”. A día de hoy este calendario está casi borrado, por poner solo un ejemplo, dentro de unos días es la festividad de San José, anuncio de la primavera, muy celebrada en otro tiempo y que hoy ni siquiera es festivo. Claro que el Cristo es interno y en nuestro corazón celebramos, con la misma intensidad de siempre, su nacimiento, presentación, pasión, muerte y resurrección.

MVET : Luz y oscuridad, “la primera partición del plan cósmico”, una sucede a la otra sin solución de continuidad al compás del sol que nace y muere cada día. Como él nosotros nacemos y morimos cada día al estado de vigilia y al de sueño. En uno y en otro la luz y la oscuridad están presentes. A veces la luz se oculta en la oscuridad, otras la oscuridad en la luz.

JMR : Efectivamente, no se trata de sustituir cualquier ego por el del mundo, sino de profundizar en el estudio de la doctrina, “internalizar” los símbolos, y permitirse ver lo que se manifiesta ante nosotros y en el interior de nuestra conciencia.

MVET : El sol en el día creciendo hasta su cenit para luego decaer y extinguirse en la noche, o la luna haciendo lo mismo en la noche y extinguiéndose en el día, le enseñan al hombre que por más que pretenda ascender, acumular, sin medida, hay para él unos límites en el mundo físico que no puede sobrepasar. Estos dependen de leyes que se cumplen inexorablemente, movimientos de la danza cósmica en la que él está incluido. Aceptar la muerte y la vida, conocer la plenitud y el vacío. Ser uno con la respiración cósmica.

MVET : En el viaje iniciático se habla del cruce de las aguas, también de una navegación por las aguas. La luna, como sabemos, está muy vinculada a este elemento, de hecho sus fases influyen notoriamente en todos los líquidos y el hombre experimenta aun a nivel físico sus cambios. En la vida están presentes las fases de crecimiento, plenitud, decrecimiento y vacío, de hecho ellas son estaciones del movimiento que, puesto que tiende a ser circular, necesariamente ha de transitar por esos cuatro estados que son en definitiva la firma creacional.

MVET : Siempre el hombre ha tenido en cuenta la orientación del edificio que construía, ya fuese vivienda, casa cultual o templo; hasta ahora claro donde importa más lo superficial que lo principal y así se construyen casas que en muchos casos son lugares casi invivibles. Mala orientación, mala construcción, mala distribución, qué tortura, qué ganas de hacer difícil lo fácil, qué empeño en negar lo evidente. Qué ignorancia y cuánto sufrimiento.

MVET : Eso de que “tanto es el hombre un Universo en pequeño, como el cosmos el Hombre Universal”, aunque se nos ha dicho desde el comienzo de estos estudios no deja de ser sorprendente. Que el hombre conociéndose pueda conocer el universo, que lo de arriba es como lo de abajo, se dice fácil pero no por ello deja de ser asombroso. Por otro lado vemos que no podría ser de otra manera, pues si el hombre no fuese una síntesis de la creación, no podría apreciarla, admirarla y amarla en toda su grandeza. Uno es lo que conoce, entonces, como dice Pico [de la Mirándola]:
“Que se apodere de nuestra alma una cierta santa ambición de no contentarnos con lo mediocre, sino anhelar lo sumo y tratar de conseguirlo (si queremos podemos) con todas nuestras fuerzas. Desdeñemos lo terrestre, despreciemos lo celeste y, finalmente, dejando atrás todo lo que es mundo, volemos hacia la corte supermundana próxima a la divinidad augustísima.”

MVET : La Semana Santa nos sumerge en esa historia arquetípica que es la encarnación del Verbo, la que hace posible el Tiempo, “expresión psico-física, viva, de la realidad, cuyas leyes y venturas registran los calendarios”
“Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad” (Biblia de Jerusalén, Juan, 1)

MVET : El tiempo no puede ser sin el espacio y entrambos conforman un marco, el calendario, en el que nos desplazamos y donde se reflejan los hitos necesarios para una articulación del mundo y el hombre, sin lo cual la vida sería imposible. El tiempo es nuestro aliento, su duración, el espacio nuestro soporte, lecho y tumba. A lo largo de este recorrido que hacemos en el tiempo y en el espacio vivimos las venturas y desventuras propias de un viaje prototípico. La encarnación del mito.

MVET : Paradójicamente el tiempo es nuestra prisión y a la vez un aliado para salir de ella. El trabajo iniciático que transcurre en el tiempo, nos lleva, Dios mediante, a la detención de éste y a la salida del mismo.

MVET : Las musas se encargan de difundir la música de las esferas, los sonidos misteriosos de la lira de Apolo y estos encuentran eco en el corazón del iniciado, el cual, bien instruido, mejor, inspirado por ellas, puede así entonar un canto de alabanza que ira intuyendo a la vez que conoce la cosmogonía y sus leyes.

MVET : Es lento y dificultoso el ascenso, a veces se torna casi imposible, entonces como dice el I Ching:
“sólo es necesario permanecer firme y no permitir que nada nos confunda y nos induzca a error”.

JMR : “Cuanto más elevado el planeta más lento”; por lo tanto mejor “detenerse” y el ego, esposado y en la cárcel, será ejecutado a su divino tiempo.

MVET : “Nuestra civilización”, a día de hoy, como los nómadas, aunque por otros motivos, no tiene en cuenta los ciclos largos; de hecho no tiene en cuenta realmente ninguno, en el sentido de que no reflexiona lo más mínimo en ellos. Podemos decir que sólo los utiliza. Son para ella autopistas de cemento sin vida. Un invento suyo que nada debe a ningún modelo previo. Cantar, quiero cantar, al cielo, a las estrellas, a todos los cuerpos celestes que nos guían en la noche; a los que pueblan el espacio y también a los que pueblan el tiempo, eslabones de la cadena áurea que refulgiendo, como soles, nos guían en este viaje, cada vez más misterioso, silencioso y bello.

MVET : Todo está bien, pero que muy bien ordenado, tres planetas son interiores al sol, y tres exteriores, o sea que está en el centro, como no podía ser de otra manera. Y esto es solo un ejemplo de la armonía, del orden maravilloso que es el cosmos. Ese orden, esa armonía, es el resultado, podríamos decir, del hermanamiento de dos tendencias opuestas y a la vez complementarias, que se neutralizan dando lugar a una tercera que las reúne. Son los tres gunas de la tradición hindú, presentes en todo lo creado. La bendición desciende de lo alto y la alabanza asciende. El resultado, en este caso, es un cambio de nombre para Jacob que pasa a llamarse Israel y ese lugar sagrado: Peniel [rostro de Dios], al que nombra Israel, como sello y memoria de su encuentro con la deidad.

MVET : El iniciado reconociendo la sacralidad en todo, se abre y recibe a la vida en un presente vivo que le rescata de sus limitaciones, aupándole a un ritmo tan misterioso como evidente, en el que danza con el conjunto de la creación, sabiendo que todo está incluido, que él es parte de ese modelo y a la vez símbolo del mismo. “acepta y participa de la obra con amor”, nada que ver con aquél que “quiere quedarse con lo que nunca fue suyo” (En el Útero del Cosmos).

JMR : Está claro pues, que el Paraíso Terrestre es un estado del Ser, y que es el característico del ser humano, aunque a continuación este deba accionar para mantener el equilibrio.

JMR : La analogía es la verdadera “sección áurea” del cosmos, una correspondencia en la que se articula su unidad, la magia de su reflejo.

JMR : No digamos si ese hombre ha accedido al conocimiento del Ser, o sea si éste se ha hecho en él:
“El cosmos y sus coordenadas constitutivas vienen a ser la manifestación sensible del Ser u hombre universal.” (El Simbolismo de la Rueda, VII).

MVET : El símbolo expresa una realidad de la que participa, todo en el cosmos está interrelacionado, los mundos inferiores tienen su origen en los superiores y podríamos decir que son símbolos de aquellos; así también en el mundo del hombre todo es simbólico, comenzando por él mismo, un cosmos en pequeño que haciendo el viaje de reconocimiento de sí mismo puede conocer el universo entero: dos energías antagónicas que se abrazan, porque en ellas está esa posibilidad de conciliación y hermanamiento. Entregándose una a otra completan el modelo cósmico que es su despliegue y continua cópula e himeneo.

MVET : Qué bello y paradojal, estructuras inamovibles que se expresan de mil y una manera en la cinta de la historia. Así es como el hombre recibe, del modo más adecuado para él, todo un caudal de sabiduría que se manifiesta a través de estas estructuras, las que se actualizan una y otra vez en el tiempo en tanto en cuanto el hombre las conoce y encarna, dándoles “forma” lo que facilita el acercamiento a sus contemporáneos.

MVET : Veneración que compartimos con nuestros ancestros, los iniciados de todos los tiempos, aun en este mundo chato e ignorante que pareciera tener como lema ocuparse de lo nimio e ignorar lo importante, es decir la belleza, a la que ha suplantado la estética, el conocimiento, reemplazado por la erudición, la generosidad por la avaricia más descarada; y podríamos seguir y seguir porque esto es un completo desastre. Por eso más que nunca hay que redoblar en una labor que nos libera de la miseria de un mundo y nos sumerge en la luz del conocimiento de nosotros mismos, del hombre verdadero, hacia el hombre trascendente.

MVET : La vida es un rito, una obra de arte, un recorrido circular que nos devuelve al origen, al silencio, al misterio, a la quietud de la que emana todo movimiento, todo arte y toda vida.

MVET : Ahí va el peregrino, el de hoy y el de siempre, recorriendo los caminos del alma, conociéndolos para así poder trascenderlos. Un modelo único se despliega de modo indefinido, manteniendo sin embargo la unidad que hace posible su comprehensión y alumbramiento.

MVET : Dioses, semidioses, héroes, animales míticos, una corte fabulosa en la que estamos incluidos. Sorprendente.

MVET : Símbolo, mito y rito, tres expresiones de una misma realidad que somos, vivimos y encarnamos.

MVET : La falsa erudición, el arte por el arte, y siguiendo, con el supuesto “progreso” en que cree estar (o creía hasta ahora) la civilización occidental que ha olvidado a sus dioses. Abundan los tiranos sin escrúpulos, soberbios y ciegos empeñados en una carrera hacia ninguna parte. Olvidar que “es la vibración común, la correspondencia, la analogía, la simpatía, es decir la magia, la que liga” es condenarse a la disolución y a la muerte que no es sino ruptura de la unión.

MVET : La puerta está siempre abierta, aunque el hombre de hoy ignora incluso que exista, ay que disparate tan grande este mundo miope, ignorante y vacío de todo contenido. Asistimos a un fin de la función, separado el grano de la paja, el primero será la semilla de un mundo nuevo donde aparecerá la luz a la vista de todos, como dice el Apocalipsis de Juan la lámpara será el Cordero y ya no habrá noche.

MVET : De la oscuridad más que luminosa del No Ser, surge la luz, como el movimiento de la quietud y lo manifestado de lo no manifiesto. El hombre camina guiado por la luz, o por el sonido, en busca de la Oscuridad, del Silencio, de aquél “punto” que absorbiendo todas las indefinidas posibilidades de la manifestación le reintegra al estado primigenio, donde reina la Unidad, y aun más allá al vacío del No ser.

MVET : He aquí el triple gesto, siempre necesario, que tan bellamente simbolizan las tres gracias: nos abrimos a este Arte, lo aprendemos y devolvemos su enseñanza. Tres partes de un todo, una conjunción que da como resultado una expresión, un rayo que emana del hombre en tanto en cuanto realiza la operación alquímica de coagulación y disolución. Rayo que otros pueden seguir ligando con la fuente que lo originó.

MVET : Un programa práctico que vamos actualizando a medida que la necesidad (de conocer) lo hace aflorar; un método que no es sino la doctrina en acción, actuada, vivida, por aquel que entregándose recibe en cada momento lo necesario para seguir viaje, para desprenderse de las adherencias; en pos (valga la paradoja) de un presente que le permita detener el tiempo y así poder trascenderlo.

MVET : La serpiente se va desplegando, ascendiendo por el eje central, actualizándose esta posibilidad gracias a la conjugación de opuestos, que el iniciado, como buen malabarista, lleva a cabo. Armonizando su parte celeste y terrestre, sutil y grosera, yang y yin, ángel y dragón. Cómo se realiza esta conjunción, en última instancia, es un misterio; aunque sabemos que “ambos símbolos configuran uno solo en dos modalidades”.

MVET : Un soporte de realización y un método, un vehículo y un camino, el peregrino no necesita más. Él mismo es el soporte y en él está el método.
“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Juan, 14)

MVET : Construimos en lo invisible, teniendo como soporte el mundo visible. Navegamos en las aguas inferiores con rumbo al punto donde estas se unen con las superiores. La llegada, o retirada, al centro, síntesis y principio, no es una limitación sino más bien la eclosión de todas las posibilidades en él contenidas.

MVET : La naturaleza nos brinda muchos vehículos que nos auxilian en el viaje interior, entre ellos elixires extraordinarios que nos alejan de lo vano e intrascendente adentrándonos en espacios más cualificados. A veces, o para algunos, un vehículo puede ser más idóneo que otro; en todo caso, tengamos o no ocasión de tomarlos, es de celebrar y agradecer la riqueza y exuberancia de la naturaleza que con generosidad nos entrega sus tesoros.

JMR : La respiración comunica dos espacios: uno limitado y otro ilimitado.

MVET : Inspiramos y expiramos de modo rítmico y continuado, hasta que llegamos a la última expiración; antes de que esto ocurra, podemos, si Dios quiere, fijar el hálito vital (el prâna de los hindúes) ayudados por la detención en los intervalos de vacío y plenitud que se dan entre ambos movimientos respiratorios.

MVET : Vivimos en un carrusel que gira y gira, subimos y bajamos, con frecuencia ni siquiera sabemos donde estamos. Nada como la certeza y el recorrido y reconocimiento de un proceso en el que el alquimista está involucrado, y que incluye todo lo que conforma su vida. Las vueltas se suceden, y las sucesivas muertes y renacimientos nos impulsan a otro círculo de la espiral evolutiva. Gracias a lo alto que nos atrae con tanta fuerza que nos impide detenernos, en alas de la gracia ascendemos a otros mundos, a otras realidades extraordinarias.

MVET : El verdadero conocimiento nada tiene que ver con la erudición, ni con la acumulación de nada, sino más bien con un desprendimiento, con una purificación.

JMR : La inmensa mayoría de sabios nunca han pisado un laboratorio (ora et labora), que es algo del siglo XVII insertado en una simbólica mineral o vegetal y se incluye en una forma de explicar lo inefable; como siempre, es en el athanor de su ser donde se ha producido la transmutación, tal cual es evidente para cualquiera (e imprescindible) salvo que la superstición nos haga creer que lo material es lo espiritual, o “que la substancia es la esencia”. Lo que sí es necesario es la Enseñanza.
“Aunque en los primeros años todavía dependemos demasiado. (...) Estamos sobre el barco pensando en si hemos de tomarlo o si habrá ya partido sin nosotros”. (En el Útero del Cosmos, 2º acto).

MVET : La cábala hebrea y los calendarios mesoamericanos son el legado de dos tradiciones: la judía y la precolombina, “un caudal iniciático –y por lo tanto poético– inigualable” que hemos tenido la inmensa fortuna de recibir de la mano del autor de estos textos-guía que día a día inauguran el espacio de Miscelánea.

JMR : Ambas son magias, convocatorias para acercarnos a la comunión y al conocimiento del Sí.

MVET : Como Nicolás de Cusa, del que se hablaba hace unos días, aspiramos a la docta ignorancia, al no saber, a la entrega que hace posible la unión y el reposo en el no ser, a la liberación que nada tiene que ver con nada que sea algo.

MVET : Esta energía sagrada, presencia de otras realidades en el ser humano, en general se consume sin más. El alquimista, sabe que se trata de sublimarla, de que la serpiente ascienda por el eje central despertando los distintos chakras, hasta arribar al loto de mil pétalos.

MVET : El sol entra en Cáncer, regido por la luna, justo en el solsticio de verano, es pues el inicio de esa caliente y luminosa estación donde se recolectan muchos frutos, como el trigo, donde se completa y concreta el movimiento invernal y primaveral en el que se gestó y creció la espiga, que finalmente resplandece dorada y lista para ser alimento de otros seres vivos, entre ellos el hombre que recibe por su intermedio la luz y el calor del padre sol. Unos seres alimentan a otros y estos a unos terceros y el ser así nace y renace a cada instante.

MVET : De una misma raíz emergen dos plantas aparentemente opuestas. En este trabajo se habla de materializar el espíritu y espiritualizar la materia. Todo es dual y se impone la necesidad de conciliar esa dualidad para acceder nuevamente a la unidad. Damos la bienvenida al huracán colérico que es el ángel de la muerte, nos dejamos llevar por él. El agua se convierte en vino bajo la acción del teúrgo que, manejando los contrarios a voluntad, hace posible su cambio de naturaleza.

MVET : La idea de unidad se impone cuando vivimos la vida como un rito mágico permanente; la de jerarquía, tan presente en nuestros trabajos y en la naturaleza toda, no hace sino expresar eso. Sabemos que la unidad es el principio hacia el que retornamos, por lo que es necesaria una labor de complementación y armonización, por la paz o por la guerra.

MVET : Cuanto más claramente veamos que como se dice “el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo” mayor será la necesidad de abandonarnos en la no acción. El teúrgo, desde el centro de su no actuar realiza su labor con precisión, no espera ningún resultado concreto y por tanto lo que ocurra estará bien, será lo que tiene que ser, al margen de sus gustos o disgustos que en realidad no cuentan ni a él le importan. “… en su gestión no sabe definir con claridad –y no lo necesita– dónde y cómo los distintos sucesos de su propia y divina comedia pudieran ser traducidos en medio de una Revelación Permanente”.

MVET : Destruidas todas las formas el chaman no tiene otra cosa que hacer que ser él mismo.

MVET : El hombre viejo siempre sigue ahí, empeñado en ser. Nos detenemos, lo miramos y se desvanece. La realidad de lo que siempre ha sido se hace presente, es decir el presente se hace presente y las sombras se disipan con su luz.

MVET : Habiendo renunciado a la acción, o mejor a sus frutos, el chaman es libre en su hacer, es por eso que puede ser vehículo de la deidad y su manifestación en la tierra.

155 JMR : Encarnar las energías de lo sacro. Poseído por ellas que son las que construyen y destruyen lo que debe ser construido y destruido.

MVET : Rompemos las ligaduras con el mundo profano y accedemos a un espacio virgen, donde todo puede suceder. Esa ruptura no es sino la visión objetiva y desapasionada de un mundo que es más bien un teatro de sombras, una realidad aparente que oculta, o niega, la realidad y a la que por tanto hay que dinamitar. Brindo por la libertad, por la apertura y vivencia de esos mundos que el teúrgo recorre y que están en éste.

MVET : Todo proceso regenerativo incluye la enfermedad, la vejez y la muerte; para quien es consciente de esa realidad, las cosas y los aconteceres que le afectan pasan a ser significativos y no unas meras “bromas” del destino. Saber que todo está incluido es moverse en un espacio y tiempo significante y por ende radiante y fecundo donde todo es posible, es decir se vive en un estado de gozo y plenitud en que confirmamos aquello de que “no hay mago pobre, aunque no tenga esa noche donde dormir”.

MVET :
No hacer, sino ser
No luchar, sino ceder
Inclinarse serenamente ante lo Supremo
“Lo Supremo es el camino del Tao”

MVET : Poetas, y artistas en general, a lo largo de la historia han sido inspirados por estas energías, bien reales, a las que invocamos con confianza. Las Musas se manifiestan celebrando la armonía, la verdad y la belleza de la creación, haciéndonos participes de un estado de gracia en el que la contemplación toma las riendas. Con ellas se eleva nuestra voz en un canto de alabanza hacia Aquel que trascendiéndolo todo, está al mismo tiempo presente en todas sus criaturas.

MVET : Apolo, situado en la esfera central del Árbol de la Vida, Tifereth, dirige el coro de las Musas. Asimismo en esta esfera central se sitúa la ciencia de la Aritmética. El número es medida y proporción y está presente en todas las artes y ciencias y desde luego en la música. También en el lenguaje, que gracias al número se construye y articula.

MVET : Un único tronco del que emergen distintas formas tradicionales, todas ellas se nutren de una misma esencia que les da la vida y a la que manifiestan. Como una fuente central, de la que surgen canales que van regando distintas tierras en tiempos diferentes, todos ellos vehiculando un agua viva, central y única. Vivimos en un mundo múltiple, pero sabemos que nuestro origen y destino es la unidad, y aun más allá de ella el cero metafísico que la contiene.

MVET : De ahí la importancia de la audición, de saber escuchar, de oír sin prejuicios que distorsionen el mensaje para así poder comprender, es más, comprehender, para que la música, que a nuestra vez emitamos, sea acorde y afinada al ritmo universal y eterno.

MVET : Nacer, morir, renacer forma parte de la danza cósmica que se inicia con el sonido primigenio, que desde más allá del tiempo, se actualiza en éste perpetuamente, dando lugar a la vida que en constante movimiento se regenera a si misma.

MVET : La vida es una gran cantata que iniciamos con llanto para terminar absorbidos en el silencio. Nos sumamos cada día al ritmo universal, incorporándonos a la danza cósmica en la que todos tenemos un lugar y una función.

JMR : Hemos aprendido el lenguaje como algo utilitario. Nos toca desaprenderlo y volver a él como poema, música y mito, como expresión viva de la Memoria.

MVET : Una sola nota musical puede despertar al alma a estados más sutiles en los que recrearse y volcarse libre de unas ataduras que la música hace saltar en pedazos.

MVET : Al igual que se dice en el Corpus que todo debe su extensión a la mónada y que sucumbe cuando ya no es capaz de contenerla, la incapacidad para escuchar nos lleva a la solidificación, a la paralización y esclerosis previas a una muerte por inanición. Encantémonos a nosotros mismos y celebremos en el silencio la audición de la música de los cantos sagrados (“que casi nada tienen que ver con la música de órgano”), del mensaje regenerador del símbolo, siempre presente, del sonido inaudible que nuestro corazón recibe con júbilo. Un nuevo amanecer se vislumbra y navegamos en un arca inviolable, al abrigo de la tempestad.

MVET : Como el éter, con el que está relacionado, el sonido es sutil y misterioso; y se expande de modo esférico, como amor, sin dejar huecos; aunque a veces topa con muros infranqueables en los que se apaga. Leíamos en la cita de hace unos días que “no hay sonido sin auditor” y en la de hoy que “el sonido y la audición configuran un hecho idéntico”.

MVET : Somos instrumentos musicales sonando en el concierto cósmico, afinarse con el diapasón universal nos parece una bella tarea. “Porque bella es la tarea y grande la esperanza” (Platón, Fedón)

MVET : El alma es la morada que construimos e iluminamos, pasando a ser la casa que verdaderamente habitamos. A la luz de la simbólica edificamos un espacio protegido y libre, dispuesto para “acoger los efluvios divinos”.

MVET : María Magdalena oyendo la música de las palabras de Jesús, retirada en su corazón, concentrada en el Mensaje, vivificaba su alma con el movimiento armónico que se expande desde el centro.

MVET : Qué belleza, qué armonía: Lo posible es necesario y lo necesario es posible. Es más, como dice Pitágoras en sus versos de oro, lo posible habita cerca de lo necesario. Así lo comprobamos una y otra vez cuando nos entregamos a esa búsqueda de nuestra verdadera identidad. La necesidad de conocer nos lleva a la actualización de esa posibilidad, es decir al conocimiento, a la plenitud, realizándose una vez más la unión de Poros y Penia, padres de Eros.

MVET : Leíamos en la cita de hace unos días “El Tiempo es el Verbo hecho carne, soplo del Espíritu creando el Alma del Mundo.” Y en otra “… la música es la proyección espacial del verbo”. Escuchar esa música diamantina y ser uno con ella es vivificar el tiempo en el espacio y por tanto encarnar el verbo que lo hace posible.

JMR : Jano, señor del tiempo y de los caminos, no permitas que la reverberación de la luz nos distraiga y nos sumerjamos en las aguas del olvido; recuérdanos nuestro Origen, que es nuestro Destino, y enséñanos el verdadero arte marcial para que no nos perdamos en las sendas múltiples a menos que de ellas podamos resurgir como nuevas criaturas.

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183. La diosa te aguarda, la esencia de su nombre […] (Simbolismo y Arte: última cita, 2ª ed., ver traducciones).

NOTA

[1] Publicados en Miscelánea entre los días 19 al 27 de julio de 2012 y desde el 7 de enero al 1 de julio de 2013.