Portada del libro "Viaje Mágico-Hermético a Andros".

Díaz, Mª Angeles: Viaje Mágico-Hermético a Andros. Una aventura intelectual. 2015. Rústica, 16 x 23 cm. 376 págs. papel cuché, 165 ils., 21 en color.

La impronta del saber, reseña del viaje mágico-hermético a Andros

Explora el río del alma, de donde, o de cuyo orden has surgido, para que aun cuando te hayas convertido en sirviente del cuerpo puedas nuevamente elevarte al orden del que has descendido, uniendo obras a la razón sagrada. (Oráculo 172) (*)

Sumergirse en la lectura de este libro es sumergirse en la historia de las ideas narradas desde una perspectiva intelectual que toma al Renacimiento como eje del saber, como nudo entre las distintas civilizaciones que superpuestas conviven en el omphalos del tiempo; la caldea, la egipcia, la griega o la moderna, todas caben en el vientre del ser del tiempo. Ese mismo ser que sabe que no es por el maridaje que se conoce sino por el acercamiento y el conocimiento de entidades numénicas ordenadas jerárquicamente que comparten un origen común, único destino del hombre y de cualquier civilización, sea esta esplendorosa como la Atlante o decadente como la moderna. Todas están latentes ahora aunque no sean compartidas por casi ningún ciudadano, aquí están cuatro letras combinadas que evocan y transportan al lector a un tiempo otro. Más allá de la razón y del calendario, de los hechos y los nombres, del aspir y el expir. Aquí permanece el guía de Andros.

La autora se vale de multitud de ciencias para dar testimonio de que éstas son el camino que tiene el hombre para conocer y por ende comprender lo que no tiene fin y mostrar así que no son un fin en sí mismas. Se presentan una tras otra: la geografía, la botánica, la historia, la oratoria, la retórica, el arte del hilado, de la construcción, de las buenas maneras, etc. Aunque por encima de todas ellas brillando de forma esmeraldina aparece el amor por Sofía, la Filosofía penetra por cualquier narración de esta edición del saber, desde una sencilla sala de espera hasta la más alta reunión cortesana.

La intención no es devolverles la memoria a esos parajes y a los héroes que los poblaron, y que me asaltan continuamente en el camino, sino que estos antepasados me la devuelvan a mí. Y porque lo interesante y emocionante del asunto es comprobar que las señales que de continuo recibimos, mezcladas entre cientos de cosas aparentemente inconexas, están concatenadas y que más bien se trata de afinar el oído, o mejor, encontrar el hilo vertical que las une como perlas ensartadas por el destino, haciéndonoslo todo más comprensible.

La narrativa es de una belleza fulgurante análoga a la pureza del alma de quien presta sus manos a la deidad para que esta se haga una y describa el paraíso allá donde quiera que este, en este caso Andros, aunque siempre en la Memoria.

Está claro que estas cosas suceden, y uno puede conocer de otras veces estos momentos mágicos donde todo se vuelve un libro abierto emitiendo señales de un tiempo simultáneo.

Y es que la autora ha generado su propio islario, aunque ahora la cartografía esta signada en lo invisible, en los puntos donde convergen las ideas universales. Aquí, en todas partes. De radio en radio se viaja por toda la rueda de la mano de Hermes a través del lenguaje por un universo simbólico que es a la vez el lenguaje del alma del hombre.


"Nada es más dulce que el amor. Todo otro placer viene después" (Safo), p. 81

De belleza apolínea es el capítulo dedicado a Safo, la cantora de Mitilene. Pues no todos los días uno escucha a la décima musa recitando conmovedoras poesías sobre el amor o sobre las bodas arquetípicas, relatos cargados de enseñanza, desbordantes de belleza, de armonía, sonido, de movimiento ritmado y de luz; de vida al fin y al cabo. En palabras de la autora sobre Safo se puede decir de este libro que:

...es tal su poética apasionada, su fuerza conmovedora y el laureado estilo alegre con el que crea su literatura, que sus textos trascendieron a otros libros y a otros autores que los citan en sus obras.

Devolver a la actualidad (de actuar) el método de conocimiento tal y como fue concebido, no ya como un acumulado de presuntuosos saberes, jugosas bases de datos u otras minutas modernas sino como

...una forma mágica y teúrgica de educación, que los méritos y dones de uno sean espejo para el otro.

Se ve por tanto la generosidad que caracteriza a la verdadera educación, la que se recibe tras la muerte, con los ojos contemplando y las manos trabajando.

Todo lo cual forma parte de la magia teúrgica que acaba confirmando que uno es la misma sustancia que las imágenes que le alimentan.

Para terminar dejando todo en manos de cada uno, rendirse a la deidad en un acto de fe, de certeza, mostrar cómo la multitud de nombres propios que aparecen en el libro y encarnan el saber universal no son nadie, nadie en toda su amplitud, como negación del Ser. Pues son seres que se han visto rendidos a algo que les sobrepasa y enamora por encima de cualquier circunstancia espacio-temporal.

Todo para que la Tradición continúe estando viva y no muera. Siguiendo aquella máxima de «dar, recibir y devolver».

Deja que la profundidad inmortal de tu alma te guíe, pero levanta tus ojos honestamente hacia lo alto. (Oráculo 174)

Alberto Pitarch
(publicado en SYMBOLOS Telemática)


Nota
(*) Entrecomillado primero y último: Oráculos Caldeos. Los intermedios aparecen en Viaje Mágico-Hermético a Andros, Una Aventura Intelectual, de Mª Ángeles Díaz.

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