ENSANCHEMOS EL CORAZÓN
El hombre tal cual lo conocemos es apenas un remedo del Hombre.
En el origen está el movimiento, más allá el reposo; el verbo y más allá el silencio; el Ser y más allá el No Ser.
Amo la vida que conduce a su origen, siempre y cuando renuncies a ella.
Amo al ser que me lleva al No Ser.
Al movimiento que me lleva al reposo
A la palabra que conduce al silencio.
Todo está incluido y, a veces, cuando el ruido se hace insoportable uno puede ser rescatado desde dentro por el silencio. Otro estado de ser que “milagrosamente” pervive en sí mismo y que se manifiesta en el límite de lo tolerable, y todo gracias a Amor.
El alma ansía conocer la verdad, sólo palabras si se pretende llegar a ella rechazando lo que a nuestros ojos es reprobable.
Ensanchemos el corazón si queremos acoger la verdad, empecemos por aceptar nuestros fantasmas, que también los tenemos, y dejemos de buscar chivos expiatorios que justifiquen nuestro buenismo y nuestra pequeñez.
Pero claro, siempre podemos refugiarnos en nuestros cómodos sillones.
M. V. Espín