Hypnerotomachia Poliphili
(Lucha de Amor en sueños de Polifilo)


14. Triunfos de Júpiter III, Dánae

Zeus se transforma en lluvia de oro para fecundar a Dánae.


“Un hombre noble, de porte regio, preguntaba en un templo a una imagen divina [Apolo] por el porvenir de su hermosísima hija. Oyendo que por su causa sería arrojado del trono, hizo una gran torre de recia estructura y la encerró en ella, poniéndole gran vigilancia para que nadie la preñase. La muchacha, estando ociosa en ella, veía con gran placer que unas gotas de oro caían en su seno virginal.”

En la otra tablilla aparece la figura de Perseo, el hijo de Dánae, el nieto temido, que aquí está matando a la Medusa, de cuyo cuello decapitado surge Pegaso.


“Estaba figurado un noble joven que recibía con gran devoción la protección de su escudo de cristal y, valeroso, decapitaba con su cortante espada a una mujer espantosa y en señal de victoria llevaba orgullosamente su cabeza, de cuya sangre nacía un caballo alado, que volando a la cumbre de una montaña, hacía brotar con el casco una fuente misteriosa.”

Se refiere al monte Helicón y a la fuente Hipocrene (la fuente del caballo), que frecuentan las Musas.


“En la cara anterior [del carro del presente Triunfo] se veía al poderoso Cupido que dirigiendo su flecha áurea hacia los cielos estrellados, hacía llover amorosamente gotas de oro contemplado por una estupefacta muchedumbre de personas de toda condición, heridas. En la parte opuesta vi a Venus airada. Liberada junto con un guerrero de una red mágica, había cogido a su hijo de las alas para vengarse y le quería desplumar; ya tenía un puñado de plumitas en la mano y el niño lloraba. Un dios con alas en los pies, enviado por el excelso Júpiter que estaba sentado en su trono, le liberaba de los castigos de su madre y luego se lo presentaba al dios. Y el benévolo Jove le decía en lengua ática estas palabras, que estaban egregiamente esculpidas cerca de su boca divina: ‘Eres para mí dulce y amargo’ y lo cubría bajo su celeste clámide.”

En una nota anterior era Marte quien se quejaba ante Zeus de los flechazos de Eros, en este caso es la misma Venus la que arremete contra el flechador. Nadie puede librarse, le dice Jove a Marte.

Volviendo a Perseo, leemos en el Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos:

“El héroe perseguido por su abuelo desde la niñez es capaz de cortarle a ésta [la Medusa] la cabeza de la cual saldrá Pegaso, el caballo alado, imagen del vehículo que nos transporta a lo celeste” (1)

“Por influjo de Atenea, Perseo partió para matarla, lo que consiguió mientras ella dormía, elevándose en el aire merced a las sandalias aladas, regalo de Hermes, eludiendo su mirada asesina y cortándole la cabeza, la cual fijó Atenea en su escudo, ahora, con su poder, mientras Perseo se apoderó de su sangre que tenía la facultad de envenenar y curar.” (2)

Medusa, Caravaggio. Galería de los Uffizi, Florencia

“siendo, como son, los héroes y semidioses patrones de comportamiento, la categoría de semidioses puede ser alcanzada por los humanos capaces incluso de inmortalizarse y penetrar en el transparente Olimpo de la virtualidad absoluta”. (3)



Dánae recibiendo la lluvia de oro. Tiziano, 1560-65. Museo del Prado.


Notas

(1) Federico González Frías, Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Libros del Innombrable, Zaragoza 2013.

(2) Idem.

(3) Idem.

*

– Las citas no referenciadas pertenecen a: El Sueño de Polífilo, Francisco Colonna. Ed. Acantilado, Barcelona 2008. Al cuidado de Pilar Pedraza.
– Las imágenes no referenciadas (salvo la coloreada por nosotros) están tomadas de la Biblioteca Digital Hispánica: Hypnerotomachia Poliphili, Venecia 1499.


14. Triunfos de Júpiter IV, 1. Sémele

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