Hypnerotomachia Poliphili
(Lucha de Amor en sueños de Polifilo)


14. Triunfos de Júpiter IV, 2. Dioniso

Siguiendo con el cuarto Triunfo, se describe ahora una tablilla referente al hijo de Sémele y sus misterios:

“Aparecía esculpido un festivo y alegre numen con semblante de lasciva muchacha, coronado por dos largas serpientes que se entremezclaban, una blanca y la otra negra, anudadas en vivaces espirales. Descansaba él voluptuosamente bajo una fecunda vid que formaba como una pérgola, sobre la que saltaban, con cara risueña, algunos bellísimos amorcillos desnudos, que cortaban los pendientes y pesados racimos maduros: unos se apresuraban a ofrecérselos al divino numen en los cestos y él, al darse cuenta, los recibía plácidamente; otros yacían boca arriba en el suelo verde, dulcemente amodorrados por el zumo de las uvas; otros hacían diligentemente el trabajo del vinoso otoño; otros tocaban graciosamente los tensos panderos y canturreaban. Fuera del vaso descrito crecía una frondosa vid de oro con los pámpanos rizados, adornada con racimos cuyos granos eran de amatista roja india. Su follaje era de la santa selenita verde de Persia, no sujeta a los movimientos lunares y agradable a Cupido, protectora del que la lleva; y daba sombra al carro.”


“Cerca de este triunfo divino marchaban con gran respeto, pompa y veneración, infinitas ninfas Ménades con los cabellos al viento, algunas desnudas, con ninfales velos resbalando de sus hombros, otras vestidas de pieles de gamo de diversos colores, y no había entre ellas ningún hombre. Tocando címbalos y flautas, vociferando y danzando como en las fiestas trietéricas, celebraban las orgías sagradas llevando tirsos con hojas de pino y de vid atadas a la piña. Seguía inmediatamente al triunfo el viejo Sileno, montado en el asno. Luego, tras ese jinete, era conducido festivamente, adornado de pompa sacrificial, un hirsuto macho cabrío, acompañado por una ninfa que llevaba una criba de uvas. Este cuarto triunfo iba seguido y honrado por los mimallones, sátiros, bacantes, leneas, tíades, náyades, títires y ninfas, que se reían desordenadamente hacían gestos furiosos y corrían, exclamando a gritos, con rito santo y antiquísimo:

¡Evohé, Baco!” (1)

*

“Estamos dormidos y tan sólo debemos despertar y encarnar la vida. Dejarnos ir a su ritmo habiendo destruido previamente todo aprendizaje, cualquier interpretación o descripción.” (Noche de Brujas, Federico González).

*

XXX. A DIONISO. Olorosa resina de incienso

Invoco al atronador Dioniso, que lanza su ritual grito, primigenio, de dual naturaleza, engendrado tres veces, so­berano transportado por los delirios báquicos. Agreste, ine­fable, obscuro, provisto de dos cuernos, biforme, cubierto de yedra, de faz taurina, belicoso, que se celebra con gri­tos de júbilo, sagrado; que se complace en la carne cruda, de trienales festividades, adornado con racimos de uva y revestido de tiernas ramas, Eubuleo, prudente, engendrado por la secreta unión de Perséfone y Zeus, deidad inmortal. Escucha, afortunado, mi voz, danos tu aprobación, suave y benévolo, con un corazón propicio, acompañado de tus nodrizas de bella cintura. (Himnos Órficos, trad. M. Periago Lorente. Ed. Gredos).


Notas

(1) Grito de aliento de Júpiter a Baco durante la Gigantomaquia.

*

– Las citas no referenciadas pertenecen a: El Sueño de Polífilo, Francisco Colonna. Ed. Acantilado, Barcelona 2008. Al cuidado de Pilar Pedraza.
– Las imágenes no referenciadas (salvo la coloreada por nosotros) están tomadas de la Biblioteca Digital Hispánica: Hypnerotomachia Poliphili, Venecia 1499.


15. Coros divinos

Presentación